18/06/2017 - Por los palos web / Marcelo Guerrero
El entrenado en Gaiman se quedó con la principal en El Cimarrón
18 de Junio de 2019 Ramoncito Painemil, con la vista al frente y la mirada firme, empezó a festejar a 50 metros de la raya, conduciendo a Er Bacán en el Clásico Vichit de Sierra Grande, la ventaja era indescontable ya y el zaino se encaminaba a ganar después de un tiempo largo. También la barra, que vino en buen número de Gan Gan, empezó un festejo loco antes que los pingos lleguen al disco, y poco faltó para que salgan en el fotochart escoltando al mimado de la casa. “si llega a largar que se olviden” nos dijeron en la semana “es un pingo de otra categoría” y con esa premisa esperamos la largada. Claro que del otro lado había dos que se iban a sacar chispas y que no se la iban a hacer fácil a nadie: el valchetero Falucho y el menuquense Fachi. Mil conjeturas se hacían en la previa, pero el entrenador “Cotón” Sepúlveda le gustaba la carrera y también como llegaba su pensionista que está bajo techo en una chacrita de Gaiman, casi frente al palo de los 600, y cuyos propietarios son familiares del entrenador y son oriundos de Gan Gan en el norte de la provincia de Chubut. Er Bacán fue criado en el Haras El Silencio, y es hijo de dos crías del establecimiento de Diego Mártire: Er Ocean Six y Er Betty Boop (madre de Belcebú, Bimotor y Barbaridad entre otros) y fue rematado en el año 2015 en el 5to remate Tres Haras de la capital neuquina, compartiendo el ring de ventas, y luego la polla con varios buenos como ER Patilludo (Serrucho) que ganaría la polla 2016, Paparazzi, Reynalda, Gustosa, Lucky, Checho y Lo Vi entre otros. La campaña del colorado se había empantanado por sus renuencias a dar la partida. Se había puesto malo en las gateras y no quería dar el frente o directamente no largaba o salía al rato. La consideración del pingo seguía siendo buena porque en sus mejores había derrotado, por ejemplo, a Er Yankee, el de Las Plumas que siempre frecuenta los clásicos del valle del rio Chubut. Por eso en los últimos su entrenador hizo un gran trabajo, con la colaboración permanente de Ramoncito, parque el caballo pueda largar lo mejor posible. El domingo era especial para la familia Sepúlveda y por eso se trasladaron desde Gana Gan a Sierra Grande para ver la vuelta del Bacán, con gran preeminencia de jóvenes adolescentes que vivían la espera de una manera diferente a lo que tradicionalmente se ve cada domingo. Las apuestas marcaban paridad entre los tres machos mientras que Linda Ñata, la yegua local, quedaba un poco atrás. Los cuatro ejemplares salieron a la pista cuando el sol ya empezaba a caer tras las sierras y la temperatura empezaba a bajar paulatinamente en un domingo marcado por el día del padre y el histórico apagón que afectó a casi todo el país. Tras el calentamiento y algunas vueltas detrás de las gateras los participantes del clásico entraron a los partidores con Bacán haciendo renegar a su equipo. Se recostaba y torcía la cabeza, se iba de costado contra el lado izquierdo de su brete apretando la pierna de su piloto, que desesperado pedía “mano” al starter, el querido Flaco Almeida. Cuando se acomodaron un poco dl Flaco los largó y Falucho picó en la punta mientras que el chubutense salía remoloneando, a cuadril del puntero. Pero enseguida su jockey lo acomodó y lo puso a correr, de tal manera que los 150 metros ya los llevaba entrecortando. De ahí para arriba fue todo de Bacán y mientras los Sepúlveda enrojecían la garganta, Ramoncito empezaba con un festejo loco, aunque todavía no llegara a la sentencia; como en la película Secretariat más de uno pensó “no te vayas a caer”. Er Bacán para todo el mundo!!! se escuchó en El Cimarrón, en medio de risas y llantos, de alegría y desahogo. ¡Qué lindas son las carreras, pibe!!!! Fotos: Romina Serenelli para Fotografia RS